1.6.11

EL EMBUSTE.


El embuste.
Recorriendo donde no
voy, la manzana se estrangula.
La boca del estómago es
la cuna de los dientes destemplados.
Duermo al aire libre, a
merced de hielo violador que azula mi piel y blanquea mis iris.
Estoy recostado bajo el
puente;
Son los pasos que me
alimentan en su goteo;
Escurre algo verde que
mi lengua no sabe reconocer.
Soy un monumento al
hambre, de huesos vistosos y desdentada sonrisa de orate.
Mi cuerpo es la abadía
de pájaros ateos:
La carne sólo existe, la carne sólo existe, la carne sólo existe
Susurran en su canto.
Tan aburrida me parece la ciencia con su plumaje altanero y el buche llenos de lucidez,
Que renuncio a los
sentidos y me sumerjo en el humo del opio.
Me baño con el cuento
del alma;
Me reviento los ojos
para tener a un dios a quien temer;
Y como holocausto,
ofrendo al cerebro, para pintarme con el dulce embuste de un cielo al final de
la descomposición…


A mi amigo que no conozco pero, que admiro mucho:
 Sebastián Del Pino Rubio.
FOTOGRAFIA: DAVID NEBRADA (FOTÓGRAFO ESPAÑOL)

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Gracias, Filis! El resto ya te lo dije.