8.9.07

CABALLOS EN MUERTE.


Cascadas de fuego caen sobre la libélula roja, la dejan flotando en silencio.
No se sabe quién esculpió la tierra, mas está latiendo bajo mis pies.
Es el susurro de un ángel el que me invita a la santidad negando mi verdadera sangre ;
No puedo ir con él, aunque quisiera, no soy perro de esa cuerda.
Vago en el reverso de las cosas, quisiera tanto volver a elevar mis oraciones y empaparlas con lo que llaman fé.
Creo que ataré mi garganta y dejarè que los gusanos trabajen sobre mis polvos.
La mente fatiga a la carne...
La mente fatiga a la carne...