4.12.11

LOS DOS.


LOS DOS.

Nos trenzamos como uno en este rumor de pieles;
Inhalándonos majaderamente al son de saliva y ganas.
Cinco sentidos que parecen mezquinos en la fricción de los latidos, aquellos que marcan el ritmo de nuestro viaje a tierra santa.
Yo entro y me quedo finado porque, soy el silencio que bendice cada uno de tus respiros.
Cinco sentidos que no bastan para entender que somos la vida queriendo ebullir entre los muertos.
Nuestro templo tiene muros de sábanas;
Y el cáliz rebalsado del sudor hecho lascivia, va evaporando el fornicio como un incienso de tizne que mancha el aire con el aroma salvaje de nuestro acto.
En este instante creo que se justifica la existencia…
Y me rio de la vacuidad de los ingenuos santos.
En este instante creo que se justifica la existencia…
Y la eternidad es la pretensión de los que aprendieron a morir.
Mientras, los dos acá revueltos en el mismo color, acostados esperando el fin de todos los años.
Sólo los dos…
Acá…
A: I. R. (04/DICIEMBRE/2011)