Anudando lenguas al filo bravo de tu aliento.
Como del viento el silbido erotizando al acantilado.
Yo voy flotando adentro y luego afuera, humeando igual que un recuerdo… De esos indeseados.
Dame la paz y yo la guerra que te traiga a punta de estallidos de saliva, el valor inconmensurable del estar aquí y ser el ahora húmedo de vida.
La mofa es el parto de mi boca, cuando veo a esos Buddhas tan ajenos; famélicos en la burda espiritualidad que adormece la divinidad del instante.
Vamos, te convido a quemarnos en el juego de los soles.
Y que mi yo sea también el tuyo, labrando con el reptar de nuestras pieles, infinitas eternidades y risas de niños.
DEDICADO A TI, QUE ME PRESTASTE TU CAMA, PAPEL Y LAPIZ.