Eso que nos debe Dios:
Y pensar que te tuve
bailando dentro de mi casa, que aún respira tu sudor. En ese frenesí,
destellando planetas y calaveras fluorescentes.
Sólo nosotros sabemos
lo que sucede cuando choca la misma carne, haciendo hervir la materia que nos
rodea; bautizándonos con ella en la misa donde el vino es semen volando en
cosquillas, y el pan el verbo ronroneando en tus gemidos.
Tus ojos más mis ojos
van enhebrando los destinos de los hombres.
Somos un tarot que
aprendió a morir mas, no nos importa ya que, sólo en el presente se halla la
eternidad.
Embísteme marejada
humana, que mi alma de roca juega a ser
arena corriendo tus dedos y tus dedos se
trenzan con mi lengua de maremoto y sal.
Vísteme con tu calor
big-bang de saliva que santigua todos mis demonios y masturba a todos mis
santos.
Abrázame hasta que tu
nombre sea también el mío.
Abrázame y colorearé
tu sombra para montarla sobre la muerte.
Abrázame y seremos
todas las eras de esta tierra. Seremos todos sus rostros, todas sus risas y
todas sus matanzas.
Abrázame y se el valle
después del desierto. Yo traigo la sed de todo un pueblo, y tú, eso que nos
debe Dios.
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